Evaluación
Esta página acerca del tema de evaluación quiere proponer tres ideas clave. Una idea tiene que ver con la diversidad de formas de la evaluación.
Una segunda idea, muy actual, es la de las competencias comunicativas. Esta explicación del profesor Carlos Lomas, aportará a las discusiones y lecturas que los docentes han hecho.
Una tercera idea gira en torno a las rúbricas de evaluación. Las incluimos por considerar que son un instrumento pertinente para acompañar los procesos evaluativos.
Carlos Lomas habla sobre la competencia comunicativa
Tipos de evaluación
Evaluar es enseñar. No hay diferencia porque incluso cuando nos comunicamos con propósitos no pedagógicos, lo hacemos, vamos evaluando los niveles de comprensión, y modulando en beneficio de mantener el contacto, y de hacernos inteligibles. Así, es enseñar. Así es evaluar.
La evaluación, por tanto, es permanente. Sin embargo, es clave su formalización. Así, la determinación de los objetivos de evaluación en términos de contrato, contrato explícito, incluso negociado, sería un primer paso.
Se puede evaluar antes de empezar la enseñanza de un nuevo tema, a esto llamamos una evaluación diagnóstica que puede tener un carácter estructurado, semi-estructurado, o poco estructurado. Igual ocurre con la evaluación del proceso y con la evaluación final.
Lo más conveniente e que la evaluación de proceso sea una auto-evaluación. Aquí es clave distinguir entre valorar y calificar. Una auto-evaluación más formativa será valorativa, es decir, de carácter cualitativo. Para este caso, así como para la co-evaluación e incluso para la hetero-evaluación resultan guías de acompañamiento y reflexión, muy útiles las rúbricas de evaluación.
Competencias comunicativas
"Se entiende por competencias un conjunto de saberes, de destrezas, de habilidades, de actitudes que han de adquirirse en la escuela para hacerse ciudadanos competentes, críticos, capaces de construir sociedades más justas y democráticas.
Somos palabra, lo que constituye la característica distintiva del ser humano es el lenguaje. Por eso, es de vital importancia la formación en competencias comunicativas.
Todos y todas somos profesores de lenguaje, impartamos la materia que impartamos. El lenguaje constituye nuestras relaciones, nuestro pensamiento, y nos faculta para entrar en contenidos disciplinares.
El conocimiento de las formas específicas del discurso en cada disciplina, sus lexicografía, sus tipos textuales, entre otros, es conocimiento indispensable para hacerse competente en dicha disciplina.
Rúbricas de evaluación
Las rúbricas de evaluación tienen sentido cuando se producen al calor de la discusión de aula, o cuando el docente las actualiza con arreglo a cada situación pedagógica.
Es con los objetivos de enseñanza que se arma la rúbrica de evaluación de una clase o una unidad completa.
Un clave de la rúbrica es que sus descriptores sean muy específicos. Un descriptor muy general provocará comentarios, o valoraciones muy generales que descuiden las particularidades del aprendizaje.
Las valoraciones o al estado de cada condición con que debe cumplir una exposición, un trabajo escrito, un proyecto de grupo, una actividad de grupo, etc., puede presentarse como comentario libre, a partir de una serie de adverbios de frecuencia (nunca, siempre...), de adjetivo (bien, regular...), o de números a los que hallamos adjudicado la representación de un estado de madurez.
Si vamos a enseñar a hacer una reseña podemos presentar a los estudiantes un ejemplo de reseña, ese ejemplo presentado por la/el docente puede acompañarse de una rúbrica. Así, los estudiantes irán siguiendo las características propias, o esperadas en una reseña, anotarán si su presencia es la esperada o no. Cuando, en un segundo momento, el/la docente explique lo que es una reseña, las nociones previas a las explicación serán ricas, y estarán medianamente estructuradas.
También para co-evaluar al final de un proceso, la rúbrica dará argumentos a los compañeros que hacen los comentarios.